¿EXILIO O ESPÍRITU AVENTURERO?
Se puede decir que
somos la generación de jóvenes más cualificados, hiperespecializados, y al
mismo tiempo más inutilizada, no rentabilizada y desaprovechada por la misma
sociedad que contradictoriamente invierte su capital social, cultural y económico en nuestra formación, nos cualifican, nos instruyen para un futuro del que no formamos parte.
Como pueden tener el descaro de llamarnos "jóvenes promesas" sin
atender que somos jóvenes promesas a las que no nos han dejado nada, ni que
prometer, ni con que encender en ese lugar del que formamos parte porque es
parte de nosotros/as mismas donde nos gustaría permanecer y contribuir. Resulta
que ese lugar se ha convertido en la jaula contra la que utilizamos a diario
nuestra inteligencia, invirtiendo tediosos esfuerzos para crear una salida a la
mediocridad.
Hoy día, el éxodo se produce de forma silenciosa, pero dejando una
estela ruidosa de dolor y que no deja indiferente ni al que escapa ni al que se
queda atrapado. Irónicamente sería más popular hacer un programa bajo el título:
"españoles en España" porque a este paso, el gobierno de derechas que
tenemos y los fantasmas del franquismo que invocan a diario van a conseguir
aquello que llevan planteando décadas atrás, el sueño de la dictadura
franquista: una España grande, libre, y para ellos solos.
Totalmente deacuerdo, sabes lo peor de todo? qué se están aporedando también de ese espiritu aventurero convirtiendo lo que antes era una motivación, una aventura, una elección libre en una obligación...y esto ya no me gusta tanto, como tu bien apuntas se convierte en un exilio.
ResponderEliminarMuy buenas la penúltima y última entrada, continua así. Besos!!
Parafraseando una cita de Gandhi, "No me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos."
ResponderEliminarY es que para mí, lo realmente problemático ya no es sólo el hecho de que estos personajes mal llamados políticos digan las barbaridades que dicen, sino que además, los realmente afectados por estos absurdos planteamientos los repitan cómo loros amaestrados. Mucho que pensar...