EL MITO DE LA OBJETIVIDAD
La objetividad directamente se puede decir que no existe, ni si
quiera en las ciencias. La objetividad es lo más parecido a una religión, se
basa en la creencia de que las propiedades del observador no entran en las
descripciones de sus observaciones. Si esto ocurre en las ciencias, mucho menos
podemos hablar de objetividad de las observaciones cotidianas de las que
formamos parte (observadores-observados). Jamás se puede reflejar estrictamente
un pensamiento, por separado de los sentimientos. Los pensamientos están
impregnados de lo que sientes y los sentimientos de lo que piensas, no puede
ser de otra manera. Creer que puedes separar ambos es cuestión de religión, no
de objetividad. A la ciencia y a las personas les iría mucho mejor si no se
olvidasen de esto, aludiendo de forma conveniente e interesada al mito de la
objetividad para tratar de manipular a las personas mediante la construcción de
una realidad que nos define y de la que no somos participes de nuestra propia
definición.
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