EDUCACIÓN Y DOMESTICACIÓN

La educación puede cumplir la función de transformar la sociedad, de construir personas nuevas a través de nuevas formas de conocimiento, y de ese modo, hacerla progresar. Pero según como se enfoque, la educación también puede hacer que el tiempo se pare, incluso hacerlo retroceder restituyendo métodos poco afortunados para el desarrollo de la creatividad y la convivencia, no obstante, esto último permite la reproducción de un orden establecido mediante un proceso de domesticación que promueve la asunción de roles y la distribución de tomas de posición de acuerdo al peso de capital social en la estructura social para que el juego funcione tal cual ha sido definido, jugando sin poder siquiera cuestionar las propias reglas del juego del que se piensa, por otro lado, que no se forma parte. 

Las reglas del juego se interiorizan de tal forma que nadie cuestiona el porque de sus actos dentro del juego, forma parte de la estructura mental misma, y se adquiere de forma similar a como se adquiere el lenguaje. Esa condición, produce actos automáticos cual tenista que se coloca en el lugar mismo en que va a caer la pelota prácticamente antes de que su adversario la golpee.